
El desempleo es una problemática que siempre ha estado presente en los países del mundo y siempre lo estará… en alguna medida. El desajuste entre la oferta de los trabajadores y la demanda de las empresas se acentúa particularmente en la realidad latinoamericana, donde 25 millones de personas pertenecientes a la población activa (personas en el rango de edad 16-65 años que pueden trabajar) no consiguen empleo.
El último informe anual de la Oficina Regional de la OIT para América Latina y el Caribe indica que el 2020 comenzó con un aumento del desempleo en Latinoamérica de 8,1%. Iniciando el año, se presentía cierta incertidumbre en el panorama laboral. Pero primero, cabe destacar una noticia positiva del informe; la participación laboral femenina aumentó, llegando a un 50,9%. A pesar de no llegar al mismo nivel que la participación masculina (74,3%), estos son logros que no se pueden pasar desapercibidos y que indican que la mentalidad de inclusión y progreso se está manifestando en la realidad.
Sin embargo, la posición de nosotros los jóvenes es la que resulta más perjudicada. De acuerdo al informe, cada 1 de 5 jóvenes no pueden conseguir un empleo en la fuerza laboral. Esto es crítico; nos enfrentamos a una realidad donde las oportunidades de desarrollo profesional se vuelven más escasas y en muchos casos, inexistentes. Esto también pueden contribuir a un crecimiento económico lento de la región, ya que muchos jóvenes migran a otros países para prosperar profesionalmente… así contribuyendo a la fuga de cerebros en Latinoamérica.
Bien, ya que estamos un poco más en contexto sobre el panorama laboral que vivía América Latina a inicios del 2020, podemos proceder a hablar un poco sobre la situación actual. El impacto que ha tenido la pandemia por el Covid-19 ha abarcado todos los sectores y dimensiones, pero en este artículo sólo se mencionará su impacto en el mercado laboral. De acuerdo al informe de la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (CEPAL), los efectos del Covid-19 en la economía han causado que la tasa de desempleo aumente 3,4 puntos, de 8,1% a 11,5%. Este es un gran aumento tomando en consideración que el informe de la OIT indicaba un aumento máximo de 0,3 puntos en enero (8,4%). Debido a la nueva tasa de desempleo, la población activa que quedarán sin trabajo aumentará a 37,7 millones de personas.
La situación económica que vivirá América Latina a partir de esta pandemia, marcará un antes y un después. Lo que era un mercado laboral que ya de por sí sufría de un déficit de trabajo decente, ahora se ha convertido en precarización total. Sin embargo, estos tiempos obligan la formulación de nuevas estrategias y trabajo en conjunto por parte de los países latinoamericanos para mantener la región a flote.
Los efectos causados por esta pandemia crearán una nueva economía mundial, en la que existirán oportunidades para la creación de nuevos trabajos y desarrollo tecnológico. Nosotros los jóvenes, la próxima generación, tendremos que esforzarnos como nunca para emprender, lograr nuestro desarrollo e impulsar nuevamente el crecimiento y bienestar de la región.
Andrea Basilis