Actualmente en Chile se han llevado a cabo una serie de protestas por parte de los ciudadanos.
Lo que detonó en un principio las violentas manifestaciones fue el aumento de 30 pesos chilenos en el pasaje del metro, debido a esto los estudiantes comenzaron a revelarse con protestas que se anunciaron el pasado 6 de octubre. A partir de las mismas se sumó un estallido social, mayoritariamente pacífico (con cacerolaz, carteles, etc.) en el que participa gente de distintas edades y clases sociales.
Los manifestantes alegan que NO son los 30 pesos que aumentaron en el precio del metro, sino los últimos 30 años de mal manejo gubernamental, los que tienen a las personas en las calles, protestando. Muchos chilenos dicen sentirse “abusados con un modelo económico que no cumple con los estándares de una sociedad justa”.
Además de las alzas en las tarifas del Metro, lo que verdaderamente impulsó a los ciudadanos chilenos a salir a protestar en las calles de Santiago (y otras ciudades, como Concepción) el pasado viernes 18 de octubre fue:
- Una creciente criminalización del movimiento estudiantil
- Aumento del precio en la electricidad y los costos de la salud
- Bajas pensiones
- La desigualdad social
- Casos de corrupción en la Policía y el Ejército
Luego de varios días de protestas por parte de la población, la situación dio un giro violento: se quemaron estaciones de trenes y edificios públicos, se llevaron a cabo enfrentamientos con la policía, saqueos que terminaron en la muerte de ciudadanos, entre otras atrocidades…

A raíz de estas revueltas, el presidente Sebastián Piñera involucró al ejército y declaró estado de Emergencia en Santiago y otras ciudades. El Presidente indicó que “el país está en guerra”, refiriéndose a los manifestantes como “enemigos poderosos e implacables”. Esperemos Chile siga siendo el “Paraíso de América Latina” sin importar las bajas que pueda llegar a sufrir.
Yumary Fernández, Andrea Basilis